El Pacto de Estado en
materia de Violencia de Género tendrá finalmente la dotación de 200 millones de
euros comprometida para este año. Lo ha
conseguido la fuerza del movimiento feminista, de todas las mujeres y hombres
que salieron a la calle en numerosas ocasiones, pero especialmente el 8 de
marzo y el pasado 16 de mayo. Y también, en sede parlamentaria, el tesón del
partido socialista, que ha obligado al Gobierno del PP a suscribir este
necesario acuerdo.
El Partido Popular sólo
quiso hacerse una fotografía, únicamente se sentó y acordó con el resto de
grupos parlamentarios el Pacto de Estado porque se vio contra las cuerdas y en
minoría. El PSOE urgía a la necesidad de ese acuerdo ya desde 2014, pero no
quebró la impasividad del Gobierno hasta que éste se vio en minoría.
Pero, llegado el primer año
en que debía reflejarse el acuerdo en los Presupuestos Generales del Estado, la
ministra Dolors Montserrat no se mostró dispuesta a cumplir lo que su grupo
parlamentario había aprobado en el Congreso de los Diputados. El grupo socialista instó, ya en el mes de
enero, a que se diera cumplimiento a ese compromiso y antes de terminar 2017
pedimos al Ejecutivo que dispusiese un crédito extraordinario, en previsión de
que los presupuestos se prorrogasen por un tiempo incierto. Pero no lo hizo, no
hizo nada.
Las mujeres que sufren
violencia machista no pueden esperar, no pueden estar a merced de la pesada y
trasnochada maquinaria ideológica de la derecha a la que, no sin mucho
esfuerzo, conseguimos arrancar acuerdos para que luego se dedique a atascarlos.
Pero tampoco puede atender las dudas y vaivenes de una izquierda que se las da
de nueva y más feminista que nadie pero que sólo contribuye a la gesticulación,
sin ningún tipo de proactividad. La sociedad ya no tiene más paciencia, ni
nosotros tampoco.
El compromiso del partido
socialista al movimiento feminista se materializó, en cambio, desde el minuto
uno, en propuestas e iniciativas, supliendo a un Gobierno que ni quiere ni sabe,
ni quiere saber. Presentados los Presupuestos Generales del Estado e iniciada
su tramitación en el Congreso, comprobamos que el PP había reducido el
compromiso del Pacto de al menos 200 millones de euros para este año a tan sólo
80 millones, los correspondientes a las competencias del Gobierno. Ante tamaña
burla, presentamos dos enmiendas, una de veinte millones de euros para el
desarrollo de los acuerdos del Pacto de Estado en materia de Violencia de
Género desde la proximidad, esto es, desde los ayuntamientos. Y otra por valor
de cien millones para transferencias con destino a las Comunidades Autónomas. Faltaban
nada más ni nada menos que 120 millones.
A finales de la semana
pasada supimos que el PP había pactado una nueva migaja presupuestaria con los
partidos que les prestan apoyo para aprobar las cuentas. Cincuenta millones
más, pero continuaban faltando otros setenta. Nuevamente, tratando a las
mujeres y abordando un problema de Estado como es la violencia machista como si
de una cuestión residual se tratara. Nuevamente incumpliendo lo pactado.
Esta semana, al borde de la
aprobación del presupuesto, el PP se ha visto cercado, acorralado por la
presión y la negociación del grupo socialista con el resto de grupos del arco
parlamentario. Ante la soledad, escoge pacto. Pero sabemos que continúa sin
convencerse, sin querer.
A partir de ahora, la lucha
continúa. Entre otras cosas, deberemos afrontar de inmediato, tras la
aprobación de los presupuestos, las condiciones de las transferencias que desde
el Gobierno de Rajoy se harán a las Comunidades Autónomas y a los
ayuntamientos, para que ejecuten la parte del Pacto de Estado que es de su
competencia. No vale, como ha ocurrido con otras partidas en ejercicios
anteriores, que jueguen con la imposibilidad de su ejecución porque estamos ya
a mitad de año. Y resta un paquete de reformas legales muy importante, todas
ellas contempladas en el Pacto. Algunas ya las tiene sobre la mesa el Congreso,
en forma de Proposiciones de Ley registradas por el partido socialista.
Sabemos que nos queda un largo camino por recorrer.
Una senda que será complicada para las mujeres y para la lucha contra el
machismo, especialmente contra la violencia machista. Y somos conscientes,
debemos serlo todas y todos, de que ese recorrido será mucho más tortuoso
mientras al mando esté el PP apoyado en Ciudadanos y otros partidos sin ideario
feminista. Aun así, nos tendrá enfrente y vigilantes.
Artículo publicado en El País, conjuntamente con Carmen Rocío Cuello, portavoz del Grupo parlamentario Socialista en la Comisión de Seguimiento del pacto de Estado sobre Violencia de Género del Congreso.
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