IGUALDAD SALARIAL Y CONCILIACIÓN: UN COMPROMISO
Ha empezado
el cambio. Este país, y en especial las mujeres españolas, han sufrido ya
demasiado como para que dejemos trascurrir más tiempo sin hacer nada. Por eso el Grupo Parlamentario Socialista del
Congreso de los Diputados, del que tengo el honor de formar parte desde las
elecciones del pasado 20 de diciembre, ha presentado ya un total de 30
iniciativas para mejorar la vida de las personas. Dos de ellas se refieren
específicamente a temas relacionados con la igualdad entre hombres y mujeres: Igualdad salarial y conciliación,corresponsabilidad y racionalización de horarios. Otra de las presentadas hace unos días reclamaba un Pacto para la erradicación de la violencia de género.
En realidad se trata de dos Proposiciones no de Ley
que están íntimamente relacionadas. No es casualidad que la tasa de actividad
laboral de las mujeres españolas sea mucho más baja que la de otros países europeos
y que el paro femenino sea más elevado que el masculino. No es fruto del azar
que la brecha salarial sea de un vergonzoso 24% en contra de las mujeres. Ni
que la tasa de paro femenina alcance cifras superiores a la masculina. Esas
cifras van parejas a los datos de conciliación y de corresponsabilidad entre
los hombres y las mujeres de este país. Aquí se concilia de boquilla, pero
la realidad y las estadísticas nos dibujan un triste panorama impregnado de
machismo y de distinción evidente de los roles de género.
Pero cuidado, pensar que eso es así y que algún día
la sociedad evolucionará por simple inercia de los tiempos es un error que la
sociedad en su conjunto pagaría caro. Los poderes públicos no pueden y no
deben mirar hacia otro lado sino, muy al contrario, tienen la obligación de
actuar y legislar para conducir a la sociedad hacia el objetivo de la plena
igualdad entre hombres y mujeres. Sin detrimento, claro está, de que se
produzca un cambio cultural y de costumbres que, aun así, no se producirá en tiempo y forma adecuados si
no se impulsa y se propicia desde esos poderes.
Difícilmente conseguiremos la igualdad salarial
entre hombres y mujeres si somos nosotras las que seguimos cargando con la
responsabilidad de cuidar a nuestros hijos y a los mayores y dependientes. Será
imposible que alcancemos la tasa de empleo femenino del 74% acordada en la
Unión Europea –ahora estamos 9 puntos por debajo- mientras nos encarguemos casi
en exclusiva de las tareas domésticas. O mientras en los trabajos se siguen
imponiendo horarios partidos, irracionales y jornadas interminables. La doble y
la triple jornada dificultan en gran manera que podamos acceder a la vida
laboral y, si lo hacemos, es en la práctica totalidad de los casos en
inferioridad de condiciones: las mujeres nos encontramos con un río que
debemos cruzar, que frecuentemente discurre muy caudaloso y que demasiadas
veces nos acaba ahogando.
Pero a la
derecha ya le va bien que sea así. Durante cuatro años el gobierno conservador y neoliberal de Rajoy se ha excusado en la
crisis y ha dinamitado los puentes para cruzar el río que había colocado el
anterior gobierno socialista. Puentes como la Ley de Dependencia, los
servicios sociales, los permisos de paternidad más amplios o la educación para
la igualdad en las escuelas. La reforma
laboral ha precarizado el mercado laboral en todos los sentidos y las
mujeres son las principales titulares de contratos parciales. Son incontables
las medidas y recortes adoptados por ese gobierno nefasto que han acabado
perjudicando de manera especial a las mujeres y que demuestran su total
desinterés por la igualdad de género. De muchas de ellas he hablado en
anteriores entradas, no me voy a extender. Pero tampoco me estaré quieta. No
estaremos inactivos ni inactivas. Tenemos un compromiso y ya hemos empezado la
cuenta atrás para hacer de esas promesas, realidades. Sé que lo conseguiremos,
lucharemos para alcanzar los objetivos. Ah, y lo que desde luego no haremos
será adoptar posturas y representaciones vacuas ante las cámaras de televisión.
Lo nuestro son los hechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario