UN GOBIERNO QUE QUIERA A LAS MUJERES
Las mujeres españolas llevamos cuatro años soportando ofensas y ofensivas por parte del Partido Popular y de sus representantes en el gobierno. Han querido privarnos de nuestro derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, a determinar cuándo queremos ser madres. De hecho se lo han quitado a las jóvenes de 16 y 17 años, que ahora necesitan el permiso de sus progenitores para poder abortar y, si no lo consiguen, se ven obligadas a ser madres adolescentes, con todo lo que eso conlleva. Y encima han suprimido la asignatura de Educación para la Ciudadanía y no han querido desarrollar la parte de la Ley del Aborto que incide en la prevención y en la información para evitar embarazos no deseados. ¡Un auténtico desastre!
Ya he hablado en anteriores post de la desidia con la que se afronta la lacra de la violencia de género. De la falta absoluta de medios y de recursos, sí, pero también de decisión política por parte tanto del partido en el gobierno como de la nueva derecha que aspira a apoyarlo. El presidente Rajoy, como toda la derecha, incluida la que se esconde tras las siglas de Ciudadanos, no quiere a las mujeres, no mira por nosotras. Muy al contrario, tal y como han demostrado sobradamente en esta campaña electoral que está a punto de tocar a su fin. Les importa bien poco lo que opinemos, lo que necesitemos, los derechos que nos son propios a las mujeres. Y un partido, sea cual sea, que desprecia a más de la mitad del país no merece, no debe estar en el gobierno.
Las que todavía resisten y continúan trabajando lo hacen en condiciones precarias, con contratos por días o hasta por horas y en muchos casos a tiempo parcial aún queriendo una jornada completa. Todo eso, "gracias" a la Reforma Laboral del PP apoyada por CiU (léase Junts pel Sí, léase Democràcia i Llibertat)
Más lamentable aún es que parte de la izquierda, encuadrada en eso que llaman los partidos emergentes, pase de puntillas por la Igualdad de Género y se limite, en sus programas y en sus declaraciones públicas, a meras generalidades demostrando o falta de interés o desconocimiento absoluto. Es más, me temo que adolecen de todo eso a la vez. De otra manera no se entiende, por ejemplo, la ausencia de Podemos en la oposición feroz a la "contrarreforma" de la Ley del Aborto que pretendía el PP. O las declaraciones de una de las fundadoras y candidata de ese partido, Carolina Bescansa, en el sentido de que "el aborto no es un tema que construya potencia política de transformación, y por lo tanto no es prioritario". Más claro, agua.
Las mujeres debemos estar representadas de manera adecuada, de manera justa en el gobierno que salga de las urnas a partir del próximo 20 de diciembre. Sólo así tendremos la garantía de que se defienden nuestros derechos. Entre los cuatro partidos que optan a presidir o a apoyar la presidencia del gobierno español, sólo uno es capaz de representarnos. Porque de hecho ya lo hizo cuando aprobó la Ley de Igualdad, la Ley Integral contra la Violencia de Género, la Ley de la Dependencia, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, cuando fue el primero en constituir un gobierno paritario, el primero en tener un Ministerio de Igualdad o una mujer como ministra de Defensa. La misma mujer, Carme Chacón, que hoy encabeza una de las listas del partido socialista.
Os invito a tener en cuenta todo esto a la hora de decidir vuestro voto. Las mujeres tenemos mucho que decir en estas elecciones porque somos una parte importante y determinante del electorado que está llamado el 20 de diciembre a decidir el futuro de España. Y en este país, en pleno siglo XXI, no habrá futuro que merezca ese apelativo sin igualdad real entre hombres y mujeres. Ni habrá salida de la crisis sin contar con nosotras porque la sociedad poscrisis no puede permitirse el lujo de renunciar a la mitad de sus componentes. Por eso no podemos desperdiciar la oportunidad depositando la confianza en opciones no feministas o directamente machistas.
Diréis que no puedo ser imparcial porque soy socialista. Y es cierto, pero no lo es menos que soy mujer. Y seguramente por eso, entre otras cosas, soy socialista.
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